...De ahora en más

Un intento de grito que me saque del silencio que agobia, angustia y harta... Un intento de compartir intimidades sin perder la intimidad propiamente dicha... Un intento... Solo eso...

martes, mayo 30, 2006

Creer o Reventar...

Uruguay...
Montevideo...
Ciudad Vieja...
Cerrito al 250...
Apartamento.
Living, baño, cocina, dos dormitorios y un patio.
El lugar seduce y me mudo ahí con una amiga...
Todo senscional.
Llegan los muebles, los electrodomésticos y demás...
Nos instalamos.
Energía por doquier.
Un mes...
Todo viento en popa.
Noche... (de no importa que día)...
Llego a casa después de un día largo...
Living, pasillo cocina...
Plato servido.
"Me preparó la cena" (Pienso)... "¡¡¡Que divina!!!" (Pienso)...
Como y después duermo.
Amanece...
Salgo de casa para un largo día...
Dejo una nota agradeciendo la atención.
El día transcurre y de nuevo en casa... con mi amiga...
Charlas, comentarios y la noticia de que ella no preparó ningún plato...
Debatimos y analizamos para concluir (sin mucha convicción) que el plato no fue servido por nadie.
Días después... (no importa cuántos)...
Tarde...
Mates, charlas y antojo de waffles...
Voy en su búsqueda y no los encuentro...
"Te los debés haber comido" (Digo yo)...
"Te los debés haber comido vos" (Dice ella)...
"Yo no" (Digo yo)...
"Yo no" (Dice ella)...
Y así seguimos durante algunos minutos hasta concluir (sin mucha convicción, pero con más extrañeza que antes) que el paquete ausente se desvaneció sin razón aparente.
Noche... (de días después)...
LLego a casa y entro en crisis...
Descubro que los quince objetos que adornan la parte superior de un armario están cmbiados de ubicación, como si se vieran en espejo...
Sin razón alguna me angustio, se me cierra la garganta y lloro como un niño...
Logro comunicarme con mi concubina tras una serie de intentos fallidos... (sí, al mejor estilo de pelicula de terror de bajo presupuesto)...
Ella jura no haber tocado nada...
Nos encontramos (porque yo había huido de casa a los pocos minutos de descubrir "la modificación") y volvemos juntos a casa...
Los objetos seguían (y siguen) cambiados y mi compañera asegura no haberlos movido (yo sé que no lo hice)...
Nos tranquilizamos y concluimos (esta vez con convicción y un grado elevado de extrañeza) que hay alguien más conviviendo con nosotros.
Dormimos...
Amanece...
Tarde...
Música...
Discos en el piso y nuestras voces cantan... (O al menos lo intentan)...
El momento se disipa y procedemos a ordenar...
Todo va bien hasta que veo que en el estuche de un disco está escrito en lapicera verde el nombre "Pablo"...
Otra vez me invaden los nervios (aunque con menos intensidad que antes)...
De nuevo se repite la secuencia...
Ella y yo aseguramos no haberlo escrito...
(De hecho no tenemos con qué, ya que en toda la casa no hay una lapicera de color verde).
Bien..
Definitivamente somos tres.
(Por lo menos ahroa sabemos como se llama).
Sé que pensarán que estamos un poco locos, y están tratando de encontrar una explicación racional....
Nosotros también lo intentamos... pero sin éxito.
Pero sigo contando... (porque eso no es todo).
Al día siguiente (de la aparición del nombre) mi amiga entra al baño; se lava la cara, los dientes, se peina y sale...
Voy a entrar yo...
Cuando llego al umbral de la puerta veo en el espejo un letra "P" (caligráficamente igual a la el disco) escrita con algo que parece ser crayola...
le pregunto a mi amiga y (una vez más) ella no fue...
Ya mucho más tranquilos (y acostumbrados) nos limitamos a saludarlo y a aceptarlo como parte de nuestro hogar.
Suena a desequilibrio, lo sé...
Pero es así gente...
¡¡¡CREER O REVENTAR!!!