Dos en la ciudad
La suela de mi desprolijo calzado entra en contacto con el pavimento...
El gris se impregna en mi piel lijando mis poros...
El trafico, latente ahora, tiñó el aire de un olor seco...
Las baldozas destrozadas...
La mugre girando en el frío...
Caras que intimidan... que golpean... que violentan...
Mis pasos se hacen sonoros y ágiles... cada vez más...
La cabeza empieza a abordar varios temas... analizando situaciones y concluyendo en base a hipótesis inconclusas y mediocres...
La cabeza empieza a abordar el ahora a medias luces...
Empiezo a pisar Montevideo... de nuevo... en la rutina...
Mi actitud como estrategia, como bandera... como escudo...
Mi cuerpo pide descanso... a mi mente le urge...
La ciudad en penumbras... moribunda... maltrecha...
Escupo el humo de las largas bocanadas...
Blasfemocontra el otro... contra la nada...
La patetica y decadente nada...
La ciudad se deteriora ante mis ojos... se deshace...
La ciudad es polvo...
No...
Ni siquiera...
La ciudad es tierra...
Y la aguja ronda su circulo...
Y en medio del letargo... sonrío...
La certeza me inyecta alegría...
La certeza de la proximidad...
La certeza de bajar a fondo... en breve...
El llegar al fondo de esa tierra...
El llegar...
La certeza de llegar a sumergirme en sus brazos...
De dejar de respirar el baho urbano...
para respirar su aliento salvador...
Este post es dedicado a Manuel...
Gracias por regalarme palabras...
Gracias por regalarme parte de vos a diario...
Gracias por evitar que los kilometros nos separen...
2 Comentarios:
El domingo, mayo 21, 2006 11:12:00 p. m., Anónimo comentò…
desde ya y desde aki a kilometros de ti te agradesco kon abrazos de loko a loko tu dedicacion y sabes q la distancia no rompe una amistad sino q la hace mas fuerte.
kon todo mi amor y aprecio para ti: manuel.
El jueves, mayo 25, 2006 9:35:00 a. m., Fuego Negro comentò…
...hermano,la distancia es apenas un accidente
el amor siempre un milagro
salud
un abrazo
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