El Pozo...

Habìa una vez un pozo.
Sin ninguna historia...
No era un pozo especial...
Su profundidad no era aterradora...
De hecho uno podìa ver el afuera desde dentro...
Los ojos alcanzaban el borde cuando el cuerpo estaba vertical...
La superficie de la llanura en la cual se encontraba el orificio se podìa divisar desde una perspeciva bastante extraña...
El relieve del suelo aparecìa justo ante los ojos permitiendo a medias la visiòn...
Uno se podìa perder entre las grietas de la aridez...
Las paredes no estaban lo suficientemente lejos la una de la otra como para evitar la sensaciòn de opresiòn...
Pero no estaban lo suficientemente cerca como para hacer de eso algo intolerable...
La humedad invadìa la atmòsfera cargandola de su olor y de su densidad...
Pero lo desagradable se lograba olvidar al poco rato...
No era un pozo especial...
Habìa una vez un pozo...
Sin ninguna historia.

Pienso, luego existo

Siento que retrocedo a cada paso.
Dudo de mis desiciones y no me animo a tomar nuevas.
Pienso alternativas que se desvanecen frente a las posibles consecuencias.
El grito està a flor de piel... pero no quiere ser oido.
Me encierro en la soledad y vuelvo làgrimas mis pensamientos.
De nuevo el caos...
De nuevo el miedo...
De nuevo la nada...
Una carrera en ascenso pero poco prometedora es todo lo que tengo.
Una carrera que me hace feliz y me frustra en igual medida.
Miro alrededor y hay quilómetros vacíos....
Un seco, vaporoso e inhóspito suelo me cerca.
Paralizado e incapáz de reaccionar miro perplejo la horrible tranquilidad...
Mi cuerpo abandonado por la voluntad descansa incómodo...
Mi mente embarullada por la nada, me analiza incoherentemente...
Respiro solo porque los suspiros de angustia se suceden...
Por momentos creo dejar de ser... pero enseguida caigo en la cuenta:
"Pienso, luego ecisto".