...De ahora en más

Un intento de grito que me saque del silencio que agobia, angustia y harta... Un intento de compartir intimidades sin perder la intimidad propiamente dicha... Un intento... Solo eso...

sábado, noviembre 05, 2005

La cita...

Viaje eterno, difícil, cansador, estresante... prometedor...
La decisión está tomada, lo voy a hacer.
He venido llenándome de fuerzas, buscando pedazos de valor... en la Gestalt, en mi ropero, en mi cabeza... en él...
Incluso por momentos imploraba un poco de seguridad...
Incluso por momentos, la conseguía.
Y estaba ahí, sentado, con la cabeza en varios lados y a la vez en ninguno, con esa pseudoseguridad de la que me convencía...
Y estaba ahí...
Una hora...
Viaje eterno, difícil...
Media hora... y la desición está tomada, definitivamente.
Nervios...
Quince minutos...
Una amiga fiel se hace presente y me distrae haciéndome pasar por alto quince minutos más...
Dos horas...
Coraje, nervios, celular, pantalla y de nuevo coraje... y de nuevo nervios...
Treinta minutos...
Celular, pantalla, leo sus mensajes... los de ella... río o al menos sonrio... Quince minutos... los de él, sonrío y de nuevo coraje.
Tres horas...
Viaje eterno, difícil... monótono... repetitivo...
Cuatro horas, treinta minutos, finalmente...
El encuentro...
Raro... Una sensación incómoda y prácticamente indescriptible se pasea por mi cuerpo lenta pero sostenidamente.
Ellos...
La rutina impuesta por nadie y aceptada por todos... Besos, abrazos, preguntas sobre ese eterno viaje que prefiero no recordar.
Sus abrazos y sus besos tienen ganas, son sinceros...
Los míos no...
Mis brazos solo se limitan a cumplir con la rutina del abrazo; mis labios ni siquiera pueden unirse a la farsa, no pueden cumplir con esa rutina, mi cabeza no los deja...
Nervios...
La rutina continúa... ahora le toca el turno al mate, acompañado de los clásicos tópicos: estudio, laburo, novedades y varios etcéteras tan predecibles o más que los anteriores...
Sus lenguas me azotan con preguntas y curiosidades que lanzan contra mí con una frecuencia casi cronometrada... todas y cada una de ellas contestadas por mí con estúpidos monosílabos o frases simples, lo más cortas posible...
Hablo con ellos por inercia, ni siquiera pienso lo que digo...
Ni siquiera pienso...
Frases, palabras, ideas, dudas, miedos y un sinfin de posibles reacciones se sacuden en mi cabeza impidiéndome pensar con claridad.
Mi cabeza está funcionando como nunca antes... y eso no es bueno... es una sensación insoportable.
Ella viene a mí, con sus palabras... "Dejá de pensar"...
La Gestalt viene a mí, cosn sus palabras... "Lo no dicho, separa"...
Él viene a mí, con sus palabras... "No te obligues"...
¿Y yo?...
Yo necesito decir algo, quiero hablar pero no puedo... no puedo parar de pensar.
Voy a ellos y los cito a ninguna hora y en ningún lugar...
Sé que no van a faltar...
Ya no hay vuelta atrás...
Nervios...
¿Miedo?...
Nervios...
Mi cabeza acelera...
Mi corazón acelera...
Mi pulso acelera...
Los esquivo, los evito, voy de una habitación a otra tratando de no encontrármelos.
Logro comprender que tengo que hacerlo, que no tengo alternativa y que cuanto antes mejor.
La cita...
Estamos los tres...
Yo en el centro. La mujer a un lado, el hombre al otro...
Como un reflejo, o mejor, como una premonición de lo que voy a decir...
Ahora que lo veo así, ¿no es loco?...
Si estaba gráficamente expuesto todo...
¿Por qué no se daban cuenta?...
¿Por qué no evitarme este difícil momento?...
Prendo un cigarro...
Doy una larga pitada y el humo, paradójicamente, me oxigena los pulmones.
Dientes apretados, mandíbulas tensas, ojos fijos que miran al suelo pero en realidad no miran nada, no ven, están ciegos...
Lo hago...
Lloro...
Se hace difícil hablar, el llanto me ahoga y llego a desesperarme en el afán de respirar...
Hacía mucho que la garganta no se me cierra de esta manera...
Me parece horrible...
Ya está hecho... solo resta esperar...
Segundos...
Un minuto... (una eternidad)...
Dos...
Tres... y puede que más...
Necesito una reacción...
Cualquiera...
Un grito, un golpe, un abrazo, un beso, una palabra, o simplemente un roce...
Pero nada...
Solo seis ojos mirando sin ver...
Solo dos respiraciones sostenidas y una sollozante...
Pido una reacción... casi se podría decir que la exijo.
Y sus palabras surgen desgarrando increiblemente cada centímetro de fortaleza en mí...
Estoy vulnerable... expuesto... desnudo...
Lloré...
Lloré mucho... y me animo a decir que nunca antes lloré de esa manera... y fue hermoso llorar así...
¿Ustedes creen que se puede crecer y madurar años enteros en un par de minutos?...
Les aseguro que sí, porque yo lo hize y creo que ellos también...
Me siento libre, liviano, grande, lleno, repleto...
Y siento que todo cambia de ahora en más...

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